Tal como se ve en las dos fotografías primeras ha estado el pipi-can de la esquina del Colegio Rafael Altamira, en el centro de El Campello, durante más de una semana.
En la tercera vemos como quedó cuando pasaron por fin "a limpiar".
¿Es esta la calidad de servicio que se debe exigir de una contrata de limpieza de 3.000.000 de euros?
No están mejor los alrededores de dicho colegio, como podéis ver en el resto de fotografías.
Y no se trata de algo puntual, sino que es así siempre. Doy fé de ello, puesto que vivo al lado. Y tampoco se diferencia mucho de las cientos de quejas ciudadanas que llegan al registro del Ayuntamiento, de cualquier punto de nuestra ciudad.
Asímismo lo denuncié en el Pleno, por enésima vez, y también por enésima vez, el Sr. Concejal de Servicios Sociales me contestó que la culpa es de los vecinos que somos unos guarros. Que ya se lo había comentado FCC, quejándose de cómo estaba siempre de sucio. ¡El mundo al revés, señores!
Porque no ignoro que hay gente incívica que desprecia las normas de convivencia, pero que tengamos que pagar tod@s la culpa de unos cuantos... Para eso están los servicios públicos municipales que pagamos entre tod@s, para hacer campañas de concienciación, para poner los medios técnicos, humanos y económicos en la recogida de resíduos urbanos, y para multar si es necesario. Pero claro,para eso hay que ser menos amigo de la empresa, y más de l@s ciudadan@s y no tener miedo a enfrentarse a los que incumplen las reglas.
Os animo a que denunciéis, puesto que es indignante que con tanto dinero como se paga no tengamos relucientes las calles de El Campello, a pesar de que el Sr. Concejal lo vea más limpio que nunca y de que seamos, según él, la envidia de muchos municipios vecinos. ¿Cómo estarán los pobres?
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